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Voluntarios en la lucha contra el HIV

<strong>Voluntarios en la lucha contra el HIV </strong> Brindan contención y aclaran las dudas sobre el tratamiento de las personas infectadas

Trabajan en la sala de infectología del hospital Fernández
También asisten a los internados


María, de 47 años, es quizás el mejor ejemplo de que la medicina ha logrado que la infección por HIV deje de ser un sinónimo de muerte y se convierta en una condición crónica. "Tengo 14 años de portadora y hace 8 años que tomo la medicación antirretroviral -cuenta-. Cuando uno logra incorporarla a su vida cotidiana, recién entonces comienza la cronicidad."

Pero a pesar de que los actuales cócteles antirretrovirales han demostrado ser altamente eficaces para mantener a raya el HIV, estas complejas terapias no son fáciles de mantener a través del tiempo, pues implican la toma diaria de varios comprimidos (entre cinco y ocho, en promedio) a horarios fijos y, además, a la larga ocasionan numerosos y molestos efectos secundarios.

En un intento por mejorar la adherencia de las personas con HIV a los tratamientos antirretrovirales, la Fundación Huésped ha organizado un grupo de doce voluntarios que asiste a los pacientes que concurren a atenderse al hospital Fernández. Los voluntarios -casi todos portadores, en tratamiento- responden dudas e inquietudes y en muchos casos los contienen emocionalmente.

"En la sala de espera de infectología aprovechamos que las personas están con tiempo ocioso e intentamos aclararles todas las dudas que tienen sobre el tratamiento", explica Rita Strauss, coordinadora del grupo de voluntarios de Huésped. "Y no sólo les aclaramos dudas: les brindamos contención, ya que muchas de estas personas no tienen con quién hablar sobre el tema."

"Hay gente que está completamente sola ante esta enfermedad, pues han sido rechazadas por su pareja, sus amigos y su familia -confirma María-. Se trata de una enfermedad de soledad: el miedo al rechazo hace que uno entre en un círculo vicioso en el que cada vez se habla menos; sólo entre pares uno es capaz de liberarse de ese temor."

Por eso, continúa María, "cuando se enteran de que yo también soy portadora se abren más; es más, cuando les digo que hace 14 años que vivo con el HIV quedan shockeados. Entonces, les explico que si yo hoy tengo niveles de virus en sangre indetectables y las defensas altísimas es por mi propio esfuerzo. Lo que trato de transmitirles es la necesidad de comprometerse con el tratamiento y de ser constantes".

El análisis de la experiencia del voluntariado de la Fundación Huésped fue presentado recientemente en la XV Conferencia Internacional de Sida que se realizó en Bangkok, Tailandia.

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